Lo he escuchado muchas veces:
“No, ahorita no, pero tú sabes… el carro mío, eso es un cacharro. Eso es más viejo que la vieja del Titanic. A eso no le hace falta ningún tipo de seguro, eso es solo para moverme.”
Y sí, lo entiendo. Hay carros que ya han dado lo que tenían que dar. Carros que usamos solo para ir del punto A al punto B, sin lujos, sin aire, sin radio, y con más ruidos que un tren. Muchos piensan: “¿Para qué pagar seguro si el carro ni vale la pena?”
Pero aquí está el problema: el seguro no es solo para el carro. El seguro también es para TI.
Si tú no tienes el seguro apropiado para cubrirte a ti como persona, ¿sabes qué va a pasar?
Tu cuerpo —sí, el único que tienes— se va a quedar como ese carro viejo… sin reparación, sin ayuda, sin compensación.
Las compañías de seguro no se van a pelear por pagarte si tú no tenías la cobertura adecuada. Ellas buscan excusas para no pagar, y si no estás protegido desde el inicio, estás solo en la batalla.
Tu salud, tu bienestar y tu futuro valen mucho más que cualquier carro.
¿Quieres saber cómo protegerte?